Lesbianismo y el silencio del Antiguo Testamento

¿Por qué no existe ley para la homosexualidad femenina en el Antiguo Testamento de La Biblia? Una palabra: el patriarcado.

Para la sociedad (digase los hombres que dominaban) era inconcebible pensar en una mujer ejerciendo un rol activo en un acto sexual, por ende, ninguna actividad sexual entre dos mujeres retaba la dominación masculina y la imagen a como lo podría hacer una relación entre dos hombres.

 ¿Por qué? El problema no era la relación sexual per se; el problema era que un hombre ejerciera un rol pasivo: es decir, un rol femenino. Esto era un inconveniente mayor porque un hombre dejando sus privilegios de dominación y  terminar “eligiendo” ser sumiso, significaba que se estaba poniendo a nivel de una mujer.  En sociedades profundamente patriarcales, que un hombre asumiera el rol estereotípicamente “femenino” en el sexo, era degradarse a la condición social inferior de las mujeres.

¿Lo dudás? Miremos un versiculo (uno de los dos ÚNICOS versiculos) que hablan de la homosexualidad en el AT:

“No te echarás con varón como con mujer; es abominación.” (Reina Valera 60)

Philo, un comentarista judío del siglo primero, comentando sobre el texto, advirtió que un hombre no debería soportar la “sensación de ser tratado como mujeres”. ¿Y cómo eran tratadas las mujeres? Bueno:

  • No podían decidir con quién casarse.

  • No eran contempladas en los censos.

  • No podían heredar terrenos.

  • Eran “inmundas” cuando tenían la menstruación.

  • Y así muchas cosas más.

El homo-erotismo femenino no significaba un problema tan grave como el ejercido entre hombres en la sociedad del Israel Antiguo, tanto que ni siquiera es considerado y contemplado en sus leyes.

Lo interesante es que Jesús, nunca tuvo esta actitud patriarcal. De hecho, para su época, la forma en la se relacionaba y trataba a las mujeres era bastante revolucionaria.  Un pequeño ejemplo, su genealogía contempla a cuatro mujeres y una era prostituta (Mateo 1:1-16).  Conversaba con ellas a solas aún cuando era prohibido (Juan 4) y las defendía de las mismas leyes judías (Juan 7 al 8).

 

Sofia Vargas Sandoval